En el 2004, Gabriela Meléndez, comenzó un voluntariado de 8 meses en FAFG, sin imaginar que se convertirían en más de 15 años de trabajo forense. Conoce a Gaby en esta nueva edición de «Staff Spotlight».

Conoce a Gaby
¡Hola! Soy antropóloga forense. Me gusta la fotografía. Una de mis frases favoritas es «La mente es como un paracaídas, sólo funciona si la tenemos abierta» – Albert Einstein
¡Hola Gaby! Para comenzar, cuéntanos, ¿Cuál es tu cargo dentro de la FAFG y qué tareas desempeñas?
Soy antropóloga forense del Laboratorio de Antropología Forense. Como antropólogos forenses nos dedicamos a reconstruir el perfil biológico (sexo, edad, estatura, etc.) de una persona, mediante el estudio de los restos óseos humanos. Buscamos características específicas, como fracturas en vida ó caries y/o enfermedades bucales muy significativas, para individualizarla. Así también, determinamos las lesiones que pudieron causarle la muerte, siempre y cuando los huesos lo permitan.
¿Cómo nace tu interés por la Antropología Forense?
Recuerdo que de niña fui a un viaje y el guía turístico nos dijo muchas mentiras sobre los mayas. Incluso, habló hasta de naves espaciales, que tal vez sí existen; sin embargo, no hay evidencia física que lo compruebe. Sentí que nos estaba engañando y me indigné a la edad de 12 años (risas). Dije: “Yo tengo que estudiar algo como Arqueología e Historia para comprobar”.
Más adelante, estudié la carrera de Arqueología en la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Me emocionaba imaginar que existía la posibilidad de aprender de las poblaciones pasadas a través del estudio de los restos óseos humanos; y en efecto, dentro de la carrera había una clase de antropología física, que era muy corta porque solo duraba un semestre. Entonces, decidí optar por un voluntariado en la FAFG de 8 meses, sin imaginar que se convertirían en aproximadamente 15 años de trabajo.

«A veces pienso que los huesos son como un libro. Que pasar de hueso es hueso es como pasar de página en página, y saber interpretar lo que encuentres ayuda a identificar a alguien.» – Gabriela Meléndez
¿Podrías contarnos sobre algún caso forense que te haya impactado?
Uno de los casos es el de Xecax, una aldea en Nebaj, Quiché. Durante el Conflicto Armado, uno de los atentados en contra de esta comunidad sucedió una mañana, en la que balearon y prendieron fuego a las personas, mayoritariamente ancianos, mujeres y niños. Por la tarde, cuando regresaron quienes habían salido a trabajar, encontraron todo quemado, incluyendo a sus familias. Detrás de una casa de moler masa los hicieron hacer una fosa y allí depositaron a todos.
Fue muy compleja la exhumación, no digamos el análisis de todo. Ya en el laboratorio me correspondió ver eso. Trabajé en constante comunicación con los arqueólogos, porque el registro arqueológico es muy importante, y con mis colegas del laboratorio, quienes me ayudaron a saber cómo abordar el caso.
Ha sido el caso más emblemático que he hecho hasta ahora. Me enseñó mucho y creo que es el caso que hizo que me graduara como perito. Lo que colocas en el dictamen pericial lo debes hacer muy bien porque es un compromiso de por vida.


¿Cuál es tu visión para la FAFG? ¿Qué impacto quieres ver y cómo te gustaría seguir contribuyendo?
Mi visión es continuar con la consolidación del trabajo en equipo, que es multidisciplinario. Eso es bastante bueno porque aprendes mucho de los compañeros. Podemos ver que se han logrado grandes objetivos en la formación y el desarrollo de los procesos de búsqueda e identificación; que es lo principal para dignificar, no sólo a las víctimas del CAI, sino también a los familiares.
El impacto que quiero ver en la FAFG es que, con la objetividad con la que hemos trabajado durante muchos años, se continúe expandiendo el conocimiento y la experiencia a nivel nacional e internacional, quienes en diferentes contextos tienen un mismo objetivo: Buscar a sus Desaparecidos.
¿ Qué aprendizajes te ha dejado esta época de pandemia?
Lo principal es que aunque existan barreras, buscas la forma de avanzar y no te estancas en decir “No puedo” ó “No sé”. Cosas que no sabíamos hay que aprenderlas y hacerlas. Aprendí también a priorizar mi tiempo en familia, en la computadora o para dormir. A veces se descompensan unas con otras, pero se trata de equilibrar. La organización es vital.
Suelen contactarnos muchos jóvenes preguntando cómo pueden tener una profesión forense, como las de FAFG ¿Qué consejo podrías darles?
Siempre confíen en sus sueños y metas; al pensar mucho en ellos se colocan los cimientos de la constante lucha para alcanzarlos.

¿Qué aptitudes consideran necesarias para estas áreas o cuáles personalmente te han ayudado?
Lo que a mí me ha ayudado es la lectura. También, salir del área de confort. Saber que no siempre es trabajo de oficina y que si hay que ir al campo a investigar habrá que caminar, etc. Una buena manera de aprender es por voluntariados prácticos y técnicos, y también en proyectos arqueológicos.
Para finalizar, ¿puedes mencionar tres palabras que asocies con el trabajo de la FAFG?
Compromiso, respeto y proyección.