Mariano Mez es sobreviviente del Conflicto Armado Interno y ha dedicado más de 20 años de su vida al trabajo social y comunitario. Necesitamos más líderes y agentes de cambio como Mariano ¡Su #HistoriaDeVida nos inspira!
Nací en la Aldea Sepur Zarco, El Estor, Izabal. De niño crecí en la montaña, refugiándonos con mi familia. Tenía como 4 o 5 años, es lo primero que recuerdo. En la montaña es muy raro y triste, y cuesta porque no hay alimentación, ni medicamentos. Mi papá siempre viajaba a Sepur Zarco porque ahí tenía sus siembras, él iba a recoger víveres para que nosotros tuviéramos un poco de alimento.
Un día viernes 11 de agosto de 1983 mi papá y mi hermano, Abelino Mez, viajaron con otras cuatro personas. Mientras descansaban, vieron que se acercaban fuerzas armadas, algunos se tiraron al suelo para protegerse, mi papá no logró salir. Sólo sobrevivieron tres personas: mi hermano y dos familiares más.

Mi mamá decidió que ya no íbamos a seguir viviendo en la montaña y que teníamos que regresar a nuestra comunidad en Sepur Zarco, porque ahí estaban los cultivos de mi papá. También tenían construidas dos casas, pero ya no pudo decidir sobre ellas. Yo tenía casi 7 años. Nos ubicaron en una casita pequeña para que viviéramos dos familias, pero mi mamá fue a hablar para poder regresar a su lote. Mi mamá luchó bastante por nosotros.
En 1985 construyeron una casa para hacer una escuela. Mi mamá y mis hermanos me dieron la oportunidad de estudiar en esa Escuela Oficial Rural Mixta. Estudié un año. Me costó mucho porque hablaban en español y nosotros, como niños de la montaña, fuimos muy discriminados.


En 1992 empecé a estudiar en el Instituto La Salle pero tuve que regresar, no porque no quisiera estudiar, sino porque nadie podía cubrir los gastos, eso me costó mucho. Recordaba a mi papá: “Si estuviera mi papá, tal vez él me podría dar el gasto”.
Mis hermanos me apoyaron para tener una parcelita. También iba con ellos a trabajar para sembrar milpa, para ayudar a mi mamá. Cultivando la tierra vino a mi mente: “Tengo que comprar una bicicleta, para buscar un instituto o educación por madurez, y comprar ganado, para criarlo”. Con esa cosecha compré mi ganado y mi bicicleta, y en 1993 empecé a estudiar en IGER (Instituto Guatemalteco de Educación Radiofónica).

En septiembre del 2000 se organizó la asociación de víctimas del Conflicto Armado Interno, AVIDESMI, aquí en el Polochic, y me propusieron para representar a mi área. Mientras trabajaba en AVIDESMI, también trabajaba en el campo, porque cuando empecé en la junta directiva no tenía ningún salario. Siempre combiné el trabajo social con la agricultura.
En el 2007 salí de la asociación y en el 2009 me llamaron para encabezar la organización. Empecé a trabajar como representante legal de AVIDESMI y con el cambio de representación legal empezamos a trabajar otra vez conjuntamente con la FAFG para apoyar a las comunidades. He intentado también buscar los restos de mi papá, Mariano Mez, y aunque no lo logramos encontrar, tenemos la esperanza. Es un esfuerzo que estamos haciendo los familiares para encontrar los restos de nuestros padres.