Andrea tenía claro desde pequeña lo que quería estudiar. En la actualidad es Analista II y Oficial de Acreditación del Laboratorio de Genética Forense de la FAFG. Conoce la historia de Andrea en esta edición de nuestro “Staff Spotlight”.

Conoce a Andrea
¡Hola! Soy bioquímica y microbióloga. Me encanta escuchar música y descubrir sonidos y artistas nuevos. También, apreciar y tomar fotografías de pisos antiguos, como los del Centro Histórico (Zona 1, Guatemala), viajar e ir a museos. Soy muy curiosa y preguntona. Mis frases favoritas son: “Soltar” y “Omnia in bonum” (Todo es para bien).
¡Hola Andrea! Cuéntanos, ¿Cuál es tu cargo dentro de la FAFG y qué tareas desempeñas?
Dentro del Laboratorio de Genética Forense tengo dos cargos. Uno es el de Analista II de ADN, que consiste en extraer el material genético de las muestras que tenemos en el laboratorio, tanto referenciales (de familiares), como esqueléticas, entre otras tareas. Y el otro es el de Oficial de Acreditación, que consiste en mantener el sistema de gestión de calidad bajo la norma NTG/ISO/IEC 17025:2017 implementado en el laboratorio.
¿Cómo nace tu interés por la Bioquímica y la Genética?
A los 14 años ya sabía qué quería estudiar. Yo quería el tema de química y microorganismos, porque mis padres eran ingenieros químicos. Eso influenció y estimuló mucho mi área científica. Luego ingresé a la Universidad, fue un gran esfuerzo de mis papás y es algo por lo que estoy profundamente agradecida con ellos. Conforme fue avanzando la carrera, comencé a llevar algunos cursos como biología molecular, genética, entre otros; y así me empezaron a interesar otras disciplinas científicas que quizás no había contemplado.

“Una gran lección que me ha dado el estar en el laboratorio y en la Fundación es creer en mí mísma, saber que soy buena en lo que hago y que puedo dar más” – Andrea Cárcamo
Siendo Oficial de Acreditación, podrías compartirnos ¿Cómo se logró la acreditación del Laboratorio?
Cuando una institución busca trabajar bajo alguna norma de calidad ISO es necesario cumplir con los requisitos determinados por estas normas. En nuestro caso, aplicamos a la acreditación bajo la norma ISO 17025 porque somos un laboratorio de ensayo y esto respalda que los resultados obtenidos son confiables y que el personal que realiza los análisis es competente para ese trabajo.
Anualmente, nos evalúan para verificar que, en efecto, estemos cumpliendo con los requisitos de esta norma. Además, hacemos autoevaluaciones internas con el mismo objetivo. Cada ciclo de acreditación dura cuatro años, eso significa que cada cuatro años, agregado a las visitas anuales del ente acreditador, nos evalúan para re acreditarnos. En noviembre del 2010 nos acreditamos bajo la norma NTG ISO/IEC 17025 versión 2005 y ahora estamos en el tercer ciclo de acreditación, pero con la versión 2017.
Todo esto es una labor administrativa y ha sido posible porque todos en el laboratorio tenemos el compromiso con el cumplimiento de los estándares de la norma. Adicionalmente, siempre hemos tenido el apoyo incondicional de los Directores de la institución. Esto ha sido clave en la implementación y mantenimiento de nuestro Sistema de Calidad.
No es el trabajo de una sola persona, sino que es trabajo de equipo.


¿Qué aptitudes consideras necesarias para este trabajo o cuáles te han ayudado personalmente?
Ser una persona estructurada, ordenada y atenta; porque trabajamos con muchas muestras y podrían confundirse fácilmente unas con otras. El pensamiento crítico, cuestionar y ser curiosos es importante. También leer mucho, para estar actualizados, y la objetividad, sin olvidar que se trabaja con restos humanos.
¿Cuáles han sido tus aprendizajes en estos 11 años de trabajo en la FAFG?
A nivel personal, una gran lección que me ha dado el estar en el laboratorio y en la Fundación es creer en mí misma, saber que soy buena en lo que hago y que puedo dar más. También me ha enseñado, a través de mi trabajo, el compromiso que tengo con mi país. Ese es uno de los impactos más grandes que ha tenido la Fundación en mi vida. El saber que con nuestro trabajo estamos ayudando de alguna forma a nuestro país, a toda la gente que no tiene voz, que no tiene forma de demandar justicia, y poder sentir que uno les devuelve un pedacito de ellos mismos con su ser querido. Me conmueve hablarlo. Todas y todos tenemos la responsabilidad de decir lo que pasó; cuando tú hablas de las cosas, de alguna forma también sanas. Todas las personas que quieren encontrar a su familiar y tenerlo de vuelta necesitan que se sepa su historia, y esto es algo que la Fundación, de muchas formas, está haciendo.
Y a nivel profesional, el tema de la educación continúa. Eso nos ha permitido crecer mucho profesionalmente porque constantemente nos estamos capacitando, actualizando, aprendiendo, y tenemos la apertura de mente para resolver las situaciones de muchas maneras. También, la influencia del equipo con el que trabajo ha sido muy grande porque todos son personas a quienes admiro y de quienes he aprendido muchísimo.

¿Qué aprendizajes te ha dejado esta época de pandemia?
Aprendí que soy muy resiliente, y me atrevo a hablar no sólo por mí, sino por mi equipo. Aprendimos a adaptarnos y a estar en constante cambio. También aprendí a valorar a las personas, la convivencia y la amistad, tanto con mi familia como con mis compañeros, que más allá de ser mis compañeros son mis amigos. Son como una familia extendida.
¿Algún mensaje final para las y los lectores?
Crean en ustedes mismos. Podemos lograr nuestros objetivos siempre y cuando los tengamos bien definidos. Haciendo lo que nos gusta y motiva, podemos contribuir a tener un mejor país. Pensemos, ¿Qué estoy haciendo por mi país? ¿Estoy satisfecha/o con lo que estoy haciendo?
Para finalizar, menciona unas palabras con las que relaciones a la FAFG:
Innovación, motivación, crecimiento y compromiso.